El fútbol no se deja


Era por el año 2011 o 2012, no recuerdo bien. Primeros meses como padre... de esas carreras en las que ejecutas y luego aprendes ... no hay un manual, unas reglas... solo criterio, apoyo y mucho amor por esa pequeña vida que se vuelve motor y motivo.

Se venía un campeonato y por ende tocaba entrenar para ir agarrando forma ya que no jugamos tanto como antes. Por ello, para evitar lesiones, me froté Icy Hot antes de salir. Entiendo que sirvió, regrese sin mayor lesión con ganas de tirarme a la cama a descansar después del duchazo respectivo. Sin embargo había que chequear el pañal... se notaba que ya estaba orinado, por  dicho motivo decido cambiarle el pañal sin despertarlo y le puse un poco de crema para las escaldaduras... bueno, eso pensé... a los 10 segundos empezó a llorar como nunca lo había escuchado en sus 6 meses de vida... inconsolable y no sabía que hacer.

Fueron segundos de impotencia por no saber que pasó, por ello prendo la luz y me di cuenta que en lugar de poner la cremita de escaldaduras le puse mi IcyHot... estaba en un plan de tierra trágame. Mi esposa le iba sacando el pañal mientras que yo fui a graduar el agua para con la misma sacarle toda la crema... creo que a la fecha ha sido el mayor horror que como padre he cometido... ahora lo cuento con gracia, pero me sentí mal por varios días.

Moraleja: El Icy no sale del maletín deportivo.

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